viernes, 1 de junio de 2012

El Perdón 41


 /41º/

     Después de doce años-como dije- sin leer nada solo acompañado por mis Maestros La Paciencia, La comprensión, El Perdón y La Humildad, sentí que debía coger la Biblia y se la pedí a mis padres para leerla. No solamente al poco tiempo tenía la católica, sino la evangélica, la adventista, bautista, etc. Las puse sobre la mesa e iba abriéndolas cada una por los mismos sitios: todas decían lo mismo. Me preguntaba, ¿cómo es posible que los católicos se inventen lo que no está escrito? Porque todas las otras religiones occidentales han copiado al católico en lo escrito. Al menos se asemejan más a los evangelios -vida de los Apóstoles- que los católicos. ¡Desde luego un caos! Por esta razón prohibían leer la Biblia los sacerdotes, porque eran tantas mentiras que hoy en día todavía continúan con las mismas mejoradas, copiando a los perseguidos protestantes de otras épocas.

     Para no cansarles pensé en aquella época. Ellos, la iglesia católica (La curia romana) no creían en nada.  Hacía lo que les daban la gana para mantener una Mentira; como la Mentira de los judíos de no admitir la llegada de Jesús a la tierra. Ahora si (el Clero) hablan de Jesús para sus carreras (intereses) mezclando la Verdad de la Enseñanza con las mentiras de sus oscuras mentes que alejan a las Almas de la Verdad.

     Entonces leí “Mi Reino no es de este mundo”, imagínense ustedes la sorpresa tan enorme después de doce años de sufrimientos encontrarme con lo que yo había descubierto: vivir dos vidas en una. Dale al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Pero aquí la Enseñanza no hablaba del César sino: Mi Reino no es de este mundo. Esa frase realmente me impacto porque Él tenía su Reino estaba en un reino ajeno a él enseñando las lecciones para las Almas, las obras de Caridad para la humanidad. Él lógicamente se sentía como un intruso en este mundo vigilado, perseguido, acosado, cazado al final de su obra. Fue cuando leí también que nadie sería probado más allá de sus fuerzas.

     Fue un gran descubrimiento para mí porque me daba Fuerzas en lo que yo mismo me iba creyendo. No hay más reino superior que el humano en la escala evolutiva. El humano es el último  por tanto le corresponde a él evolucionar engrandeciendo su Alma con sus sacrificios, abnegaciones, expiaciones muerte quizás defendiendo con el silencio su Verdad. Alcanzaría su propia personalidad  tomando al Ego material como su amigo de miles-quizás- existencias no como su esclavo. Tenemos un Ego material porque venimos a evolucionar. En las reencarnaciones  necesitamos un Ego que recibe la Fuerza (Vida) de nuestra Alma. También podría hablarles lo que ocurre al Ego en sus desobediencias a través de miles de existencias encarcelando a su Alma.

     Entonces pensé: tenemos cuatro cerebros en nuestras cabezas. Poseemos el cerebro vegetal, animal, humano-Alma y el cerebro Espiritual.
     Que Obra tan grandiosa la Creación Humana para que se pueda convertir en Creación Divina por medio de las Enseñanzas de La Verdad. Me quedo parado releyendo lo escrito.  Es tan magnifico pensar que vivo.  Me crearon porque si no fuera así, no sería nada no existiría. Unas Enseñanzas transmiten Luz, Fuerza, Sabiduría para que el Alma humana fuera creciendo hasta transmutar su cuerpo material en Espiritual. Esto es un Don del Avatar Divino que muchos millones de años nos lleva en su perfección y nosotros los humanos deberíamos continuar sus pasos que Él desinteresadamente sacrificó y todavía permanece atento viendo como algunos intentan con sus sufrimientos, angustias, amarguras, desconsuelos, ansiedades provocadas por las energías dentro de éste mundo salir de el victorioso. 

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